jueves, 27 de noviembre de 2014

Esmeralda I


La Reina de las gemas de color.

 
 5.1x3.9mm; 0.25ct

La esmeralda pertenece a una familia de nobles gemas acobijadas en un mineral: el Berilo. Pero por su rareza y belleza ésta se gana el título de Reina de esta familia; en gemología se le considera de éste modo inclusive entre las demás gemas de color. Su tono verde hierva (“gota de aceite”) es el más apreciado, las esmeraldas puras (limpias de inclusiones) con su brillo aceitoso característico llegan a superar en precio al diamante. 

7.05x5.75mm; 1.05ct

Berilo teñido de color verde debido a la presencia entre su estructura cristalina de elementos como el hierro y el cromo principalmente, pero también trazas de vanadio y otros. Por esta razón entra en discusión cuando se trata de un “berilo verde”, una aguamarina verdosa, o de una esmeralda propiamente dicho, pues su color va del más claro y diluido tono verdoso casi incoloro semejante al del berilo verde, pasando por los tonos verde azulosos como el de algunas aguamarinas (miembro importante de esta familia del berilo) al verde hierva: “gota de aceite”.




Si su color es variado, su transparencia lo es más: de completamente transparentes a opacas; como este maravilloso ejemplar brasilero de 13.15mm y 8.7ct (foto izquierda).




En el mercado hay que tener en cuenta que su color y brillo sean completamente naturales, pues las mejoradas mediante baños  en aceites tienen un bello aspecto pero un valor diferente que la “gema natural” (sin tratamientos). Otro aspecto que influye enormemente en su valor es su origen, pues se fabrican esmeraldas sintéticas las cuales aunque sea completamente iguales a las naturales no tienen el mismo valor: su precio es inferior. Es una gema que por sí sola o montada en una joya, rodeada de diamantes, zafiros, rubíes y casi por cualquier otra piedra preciosa, es esplendorosa, magnifica, glamurosa, sofisticada, elegante… es: la Reina de las Gemas de Color. 







miércoles, 19 de noviembre de 2014

Piropo


“Ojo de Fuego”




Desde el punto de vista químico, los granates son silicatos compuestos y el piropo es un “granate de aluminio”: nesosilicato de magnesio y de aluminio. Foto izquierda: piropo en talla triangular: 7,25x6,60mm; 1,55ct.



El piropo es una gema que pertenece al grupo de los granates: minerales complejos, de composición química tan variable incluso en un mismo ejemplar, llegando a formar no sólo una serie isomorfa, sino también exquisitas combinaciones entre diferentes miembros de la misma familia mineral; así, encontramos al piropo mezclado con el almandino (otro granate) para proporcionarnos la gema de nombre “rodolita”, el “granate Mozambique”, el “granate umbalita” y el “granate malaya”, entre otros.

Piropo en talla oval (foto derecha): 8x6mm; 1,45ct. El granate llamado Thai (de Tailandia) es otra mezcla de piropo con otros hermanos suyos, cuyo color, al igual que el de todos los piropos, lo podemos definir como “gotas de vino tinto” con tintes naranjas, purpuras, y rojos que llegan hasta el castaño o marrón oscuro.


El significado etimológico del término piropo es "ojo de fuego" (del griego “piropos”). Cuando se dice granate, o como se decía hace tiempo "granada", el pensamiento nos lleva a una piedra rojo oscura, brillante y con tendencia al marrón o al púrpura. La mitología, la leyenda y los poderes ocultos del granate, entendido como joya, como piedra de los nacidos en el mes de enero bajo el signo de Capricornio, se refieren siempre y únicamente a los ejemplares de este color.

Piropo en talla oval: 7,20x5,25mm; 0,95ct. Aunque la densidad del piropo es inferior a la del almandino (el granate "común") varía de 3,65 a 3,84. La dureza media está alrededor de 7,25, por lo que esta gema es completamente óptima para cualquier uso en joyería.

El piropo puro es incoloro, pero todos los especímenes contienen impurezas que producen distintos tonos del color rojo intenso, rojo sangre, rojo naranja, rojo púrpura, rosa, a menudo con tendencias al marrón, o rojo negro. El color rojo–violeta se debe a la presencia del magnesio como impureza. Es transparente o translucido. Aunque transparente, al igual que todos los demás granates más importantes, el piropo es a menudo muy oscuro para pretender ser una joya verdaderamente atractiva, pero a pesar de ello, es la variedad de granate más usada como gema y es apreciada por su color rojo rubí.

Piropo en talla oval: 6,35x4,25mm; 0,65ct

Fue una gema muy estimada durante muchos siglos, que llevaron en la muñeca, garganta, hombros y frente las damas egipcias, griegas, romanas, anglosajonas y las de épocas medievales, al igual que los caballeros de dicha procedencia. Estuvo muy de moda durante el siglo XVII y XIX, cuando se extraía de los grandes yacimientos de Checoslovaquia ("granate de Bohemia"). Hoy en día también se extrae en Sudáfrica (en las zonas o áreas diamantíferas), en Madagascar, en Tanzania, en Arizona (USA), Zoblitz (Alemania) y en Australia entre muchos otros.



Algunos por tener el agente colorante muy concentrado o debido a la presencia de múltiples inclusiones (como las carbonosas) su bello color sólo se puede apreciar cuando se observa la gema en “contra luz”. Piropo en cabujón oval: 10,9x8,9mm; 5,5ct. 




sábado, 15 de noviembre de 2014

Las Turmalinas


Una familia de nobles muy numerosa.


Turmalina, mineral de composición química compleja y un tanto variable; por ello, las propiedades físicas varían ligeramente y se presenta en colores muy diversos debido  a la presencia  en su composición química de elementos como el Fe (da color negro y opaco), Mg (pardo), Li (rosa), entre otros.

Turmalina verde: “Verdelita” (Foto)
  
Las que son coloreadas por el litio, son las variedades de las turmalinas más utilizadas en joyería. Algunas variedades cambian de color al pasar de una iluminación natural a otra artificial o muestran un agradable jaspeado debido a inclusiones o cavidades alargadas iso-orientadas. Frecuentes son los "canalillos" paralelos que dan a la piedra ya tallada en cabujón un bello aspecto (turmalina "ojo de gato"). Los colores que presenta la turmalina son muy variados, incluso puede darse varios colores en un mismo cristal al igual que en una gema.

Sus colores más frecuentes son el negro, el negro castaño y el negro azulado; también hay variedades azules, verdes y rojas; las blancas e incoloras son infrecuentes. La turmalina roja se conoce como rubelita; la azul pálida o negra azulada como indicolita; la azul de Berlín o azul neón y transparente, en joyería, paraiba; la verdelita (elbaita): esmeralda de Brasil, “crisolita o peridoto de Brasil”; la turmalina amarillo miel se le ha llamado “peridoto de Sri Lanka”; la turmalina incolora se le denomina acroíta, y la negra chorlo.
                                                       Cristal de chorlo (foto)

Aunque la elbaíta se presenta en todos los colores, el término elbaíta sólo se refiere a la turmalina verde en el comercio de gemas. Las otras formas coloridas de la elbaíta tienen su propio nombre en el mercado de gemas y tienen una tendencia a nombrarlas de acuerdo a su color.

Cristales de verdelita entre otro mineral llamado albita (de la familia de los feldespatos).

Como consecuencia directa de una composición tan variable, hablamos de una gama de colores tan extensa y completa como ninguna otra gema puede ofrecer: no sólo piedras marrones o amarillas, como las traídas a Europa en el siglo XVIII de Ceilán, sino también las rosas, violáceas, verdes, azules, azuladas, negras o incoloras. Además, se pueden obtener elementos gemológicos polícromos con dos, tres o más colores que van cambiando su coloración en sentido longitudinal o desde adentro hacia afuera.

Turmalina “sandía”

Está, por tanto, justificado el entusiasmo que las turmalinas están suscitando en los coleccionistas de gemas y minerales. No es menos exagerado afirmar que se podría iniciar una colección solamente de turmalinas que difícilmente se podría acabar, dada la gran cantidad de variedades cromáticas que existen. Se puede afirmar que cada coloración en la que se presenta es en sí una gema con características propias de la localidad geográfica dónde se extraen.

   Elbaítas: Verdelitas 




martes, 4 de noviembre de 2014

Ópalo

El arlequín juguetón de la gemología.

El ópalo es una gema que vale la pena ser estudia con detenimiento y profundidad, no sólo por la gran variedad de gemas que pertenecen a esta forma de oxido de silicio con una de los fenómenos ópticos más fascinantes de la naturaleza (la opalescencia), sino también por ser la forma de este mineral que más valor económico tiene en el comercio de las gemas, llegando a costar, cuando las condiciones de belleza y rareza lo ameritan, tanto como una buena esmeralda o diamante. Por ello el presente artículo es tan sólo una presentación de esta mística, bellísima y arlequinesca gema.

 La opalescencia son destellos de colores de forma puntual u otras como las irregulares de tonos verdosos que produce esté “ópalo lechoso” (fotografía). Irregular también puede ser la cantidad de destellos que se producen en una misma gema llegando a ser, unos cuantos hasta  todo un carnaval de destellos luminosos multicolor. 6.15x4.20mm; 0.25ct

Miembro del grupo mineralógico del silicio, al que pertenecen entre otros el cuarzo y las ágatas. Transparente a opaco; de “color de cuerpo” blanco lechoso a colores vivos como el rojo, naranja, amarillo, pero también pueden ser tonos pasteles diluido hasta incoloro totalmente. Puede presentar opalescencia o no, pero los más apreciados en gemología son los que sí presentan dicho fenómeno. Son precisamente estas características de diafanidad, color de cuerpo, la presencia y forma de la carnavalesca opalescencia, las que determinan su nombre y valor económico. 

En el comercio puede presentarse confusiones respecto a que si es el “color del cuerpo” o el de la opalescencia lo que le da el nombre al ópalo. Así, este ópalo de color de cuerpo lechoso y opalescencia de tonos verdosos metálicos es llamado por algunos “ópalo lechoso” (con opalescencia verdosa) y por otros simplemente “ópalo verde”. 6.15x4.20mm; 0.25ct

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viernes, 31 de octubre de 2014

Amatista

La amante de los ebrios
  
 Amatista en talla hexagonal: 13,10 mm; 6.35ct

Variedad de cuarzo cristalino más valorizado. La amatista es transparente y/o translúcida De color púrpura a violeta de distintas intensidades, siendo la de color más fuerte (púrpura rojizo) y aterciopelado la calidad más apreciada. El color se debe a la existencia de centros de color producidos por presencia de hierro (Fe+2 o Fe+3) entre la estructura o red cristalográfica del cuarzo y a radiaciones naturales. Suele tener su coloración en bandas de color paralelas a las caras del cristal natural (bruto), puede formarse junto con los citrinos para formar cuarzo bi-coloreado llamado ametrino.

Amatista en talla pentagonal: 13 mm; 6,8ct

El color varía desde el lila muy claro a púrpura oscuro; repartidos casi siempre en bandas rectilíneas orientadas a las aristas del cristal o en manchas irregulares, debido, al parecer, a deformaciones reticulares causadas por la radiactividad del yacimiento, pero también por la presencia de vestigios de hierro como "activador". Dicha zonación de color no es fácilmente observable en la corona de la gema terminada. En las piedras en bruto el color puede aparecer sólo en los extremos de los cristales.

Amatista en talla cabujón: 14,75 x 13,55 mm; 11,7ct. Algunas amatistas tienen un color tan concentrado que parecen opacas y sólo muestran su verdadero color a contra luz.

El nombre viene de griego "Amethustos"; es curioso su significado etimológico: amatista quiere decir "no borracho", y por ello los antiguos creían que bebiendo vino en copas de este material podrían sustraerse a cualquier borrachera. Muchos otros serían también los poderes sobrenaturales de esta piedra: símbolo de serenidad, austeridad y santidad, tanto es así que adorna el anillo episcopal, no faltan, sin embargo, como contrapartida, creencias y supersticiones menos amenas.


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miércoles, 15 de octubre de 2014

Citrino



“Cítrica” y dorada experiencia gemológica.

Variedad de cuarzo: Sílice cristalina (fenerocristalina): cristales a menudo bien definidos; después de su gran hermana la Amatista (de color morado a lila) es la forma cristalina del óxido de silicio más apreciado en gemología, maravillándonos con tonos dorados al “limón”: el color va desde un ligerísimo amarillo paja hasta un amarillo oro claro, y también, en algunos casos, amarillo anaranjado. La gama de colores va de amarillo pálido a marrón amarillento y rojo “Madeira”, llamado así por el color del vino del mismo nombre. En todo caso, su coloración se debe a la presencia de óxidos hidratados de hierro trivalente en forma coloidal y se presenta libre de colores grises pero con mezcla de bandas ahumadas, las cuales están frecuentemente presentes. La denominación “ahumado” se suele dar, por otra parte, a las amatistas de mala calidad que, una vez hayan sido tratadas térmicamente, presentan esta coloración oscura a un rico marrón rojizo.
  
Citrino oval (10,1 x 8,6 mm; 3,15ct)

Como la mayoría de citrinos son en realidad amatistas que se han calentado para conseguir ese color dorado, debe procurar evitar la exposición prolongada de la joyería de citrino a luz o calor intensos. Tomando esta precaución, la joyería de citrino durará muchas generaciones.  El citrino está disponible con facilidad, es muy asequible en grandes tamaños y muy resistente al uso diario. Esta gema se puede confundir fácilmente con el topacio e incluso se ha llegado a llamar “cuarzo topacio”. Esto es incorrecto y es algo con lo que hay que tener cuidado.
  

Diferentes tonos del citrino: amarillo-castaño oscuro (izquierda) o amarillo claro muy diluido (derecha) 9,45 – 9,35 –  8,45mm; 3,60 – 3,15 –  2,55ct

La búsqueda de este material, que de siempre se vende como "topacio", por el solo hecho de asemejarse a esa piedra mucho más costosa en el mercado, ha sido importante en todo tiempo; para satisfacer esta demanda se ponen en circulación, además de los citrinos naturales (más bien raros y de coloración poco definida), también, y sobre todo, cuarzos de bello color madera intenso hasta un rosa granate, obtenidos calentando, con las debidas modalidades, la amatista brasileña o, incluso, el cuarzo ahumado. Esto es de tal modo que el comprador incauto puede poseer un "topacio" que, además de no ser tal, no es ni siquiera un cuarzo de coloración genuina, sino una refinada sofisticación.






lunes, 6 de octubre de 2014

Ametrino


Una relación gemológica incestuosa.

Cuando un mismo cristal de cuarzo presenta la coloración de la amatista (violeta) y el citrino (amarillo), ambos variedades gemológicas por sí mismas, recibe el nombre de ametrino; por tanto hace parte de los llamados “cuarzos bicolor” y su coloración puede ser natural o artificial. En el comercio, sobre todo en Bolivia, suele dársele el nombre de  “bolivianita’’ debido principalmente por encontrarse junto con la variedad de amatista y citrino que reciben este nombre: amatistas de color morado claro a malva y citrinos cuyo color son denominados “lagrimas color miel” que se encuentran en dicho país.

 Ametrino (lapidado) 59x18 x 16,2 mm; 114,9 ct; Brasil

Tanto la amatista como el citrino son cuarzo cristalino coloreado por la presencia de óxidos de hierro, la diferencia radica que en el último este óxido es hidratado y en ocasiones en la primera sus diferentes tonos violáceos se debe también a radiaciones naturales. Es decir, que el ametrino se da gracias a la unión de estas dos gemas hermanas e íntimamente relacionas entre sí. Apareció por vez primera en 1980 y desde entonces se ha convertido en un material atractivo para ser lapidado. 

Ametrino (en bruto) 41,1 x 24,6 mm; 87,95 ct; Bolivia

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