El ‘’terciopelo
azul’’ de la gemología.
El zafiro es una variedad del mineral corindón:
oxido de aluminio, que en estado puro es incoloro, pero debido a impurezas de
otros elementos se presenta en todos los colores, denominándose Rubí a los
corindones de color rojo por la presencia de cromo, más escasos que los zafiros
y por tanto más costosos. Dentro de los zafiros el más apreciado es el de color
azul, llagando a tener un tono azul aterciopelado, que junto con una excelente diafanidad,
constituyen los más valorados y deseados.
Es una de las gemas que más se fabrican sintéticamente
y que se le realizan toda clase de tratamientos para mejorarle el aspecto
cuando lo requieren; por tanto, se necesitan de cierta pericia y experiencia
para diferenciar los naturales de los sintéticos, de los mejorados o tratados
de los que no han recibido ninguna clase de tratamiento. Todo esto es de gran
importancia a la hora de darle un valor comercial: obviamente, son de mucho más
valor los completamente naturales en origen, color, diafanidad y tamaño.
Su dureza sólo es superada por el diamante y junto a
éste, el rubí y la esmeralda constituyen lo que en el comercio de piedras
preciosas se llaman gemas de “primer orden”: las más valorizadas. También es
una de las gemas más estudiadas: existen tratados enteros dedicados a ella,
desde sus orígenes, inclusiones, hasta todos lo diferente métodos de síntesis y
tratamientos que se le realizan a esta legendaria gema. Así que en próximas
entradas en este blog seguiremos hablando del ‘’terciopelo azul’’ de la
gemología.
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